El aplauso es el alimento de los artistas, es el mejor regalo que se recibe de la gente, ese cariño del público. Ese cariño da esas ganas de seguir superandote día a día , el que te digan que lindo bailas , era para mí la fuerza que me permitía progresar y seguir corrigiendo mis errores.
No había nada más aburrido que actuar en un escenario con el mínimo de público, no lo hacía con tantas ganas como cuando habían mas de 200 personas observándote, sentir esa adrenalina de verdad que no tiene precio, es el sentimiento más lindo que he experimentado, porque me han hecho sentir importante. Ese es el sentimiento que hace dejar el alma en el escenario y dejar a todo ese público orgulloso de que está viendo uno de los mejores espectacúlos, aunque no sea así .
Es típico que cuando cometes errores en el escenario se notan, pero muchos bailarines cometemos el error de hacerlos notar, cuando me inicié en este arte me equivocaba en el escenario y ponía caras de me equivoqué, pero la experiencia me hizo hacer disfrutar las equivocaciones, y cuando me retiré del baile fue la única presentación donde no cometí ningún error.
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